Esta mujer acaba de ser sometida por su marido, el que tiene el placer de follársela duro pese a que ella no lo quiere, y ponga cara como de ser víctima de la situación. Amarrada con las manos a la espalda y recostada en una silla, le folla la boca al punto de meterle la polla bien hasta la garganta. Cuando se aburre de esto la recuesta en una mesa en el centro de la sala y le azota el culo con una vara que le mete en el coño, pasando luego él a darle duro por allí, para finalmente metérsela a lo bestia también por el culo.
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