Un chico acaba de recibir un paquete, una orden de ropa interior de hombre usada. Se le pone el nabo duro mientras aspira esos aromas, y en la cama se pone a hacerse una paja, mientras se mete un consolador por el culo. Resulta que no era el único paquete, y es sorprendido por el repartidor que lo ve con las manos en la masa. Resulta que al chico le interesa lo que está viendo, y se arrodilla delante de él para hacerle una mamada. Los dos intercambian mamadas profundas, y se rompen el culito sobre la enorme cama, sacando chispas a sus nalgas.
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