Tres negros la dejan mirando a Cuenca


La cerda aprovecha que tiene el culo embadurnado para taladrarse a fondo con su colección de juguetes, hasta que aparecen los tres negros dispuestos a destrozarla a pollazos descontrolados. La guarra mama mientras le perforan el ano sin piedad dilatándoselo al máximo, consiguiendo saciar su sed de leche bebiéndose las tres corridas.