Sentadas en la falda de Santa


Santa tiene mucha suerte, porque las chicas que vienen a sentarse a su falda no slo están súper cachondas, sino que no tienen problema alguno que las manosee mientras les piden su regalo ideal. Este Santa pervertido adora regalarles consoladores, el regalo perfecto para estas guarras. La última de las chicas que viene a visitarlo se queda un poco más de la cuenta, para tener una prueba del juguete que Santa le regala. Este lo prueba en ella, metiéndoselo en el coño, y bueno, para continuar, se quitan los dos la ropa y se ponen a follar como conejos, bien rico y bien duro.