Este tatuador acepta dos tipos de moneda a la hora de hacer un tatuaje, pasta, y claro, sexo. Entonces llega una mañana una rubia guarra que quiere que le tatúe el coño, y claro, no le va a decir que no a semejante zorrita, que para colmo le va a pagar el tatuaje con sexo. La chica se quita los pantalones cortos y se acomoda sobre la mesa de tatuar, abriéndose de piernas. Vemos que no es la primera sesión que tiene de su dibujo, y que el hombre simplemente va a terminarlo. Le manosea el coño para limpiarlo mientras se pone a trabajar. Luego del tatuaje, toca cobrar.
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