Por fin puedo estar a solas con mi novia


Por fin puede quedarse a solas con su novia, y manosearle esos enormes melones que lo vuelven loco. En la cocina misma le levanta la falda, y le da una buena probada a ese culazo, que pide a gritos lo penetre. Lo hace con los dedos y con la lengua, saboreando ese gusto salado en su entrepierna. La chica parece dubitativa, pero se recuesta sobre la mesa, dejando que se la metan por detrás, y la follen suavemente, a buen ritmo contra el coño. Sus melones bailan y están a la altura justa para meterles mano, aunque hay que controlar ese culito tomándolo de las caderas. Se le corren dentro, y la leche chorrea hasta sus bragas.