Esta chica estaba haciendo ejercicio, y nos revela que debajo de las calzas lleva una diminuta tanga, que hace resaltar esas nalgas enormes y entrenadas, que poco a poco ella va descubriendo para nosotros. Finalmente libera ese culito, y acaba dejándonos el rabo duro como piedra. Un pequeño corte para que ella tome un baño y nos lleve a la cama, donde se pone a cuatro patas y nos envuelve el rabo con sus nalgas. Lentamente lo frotamos entre ellas, con la única intención de metérselo por el culo, donde a ella más le gusta que se la follen. Esas nalgas, precisamente, parecen hechas para el sexo anal.
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