Mi mujer es una putita muy sumisa


Ella es una esposa muy sumisa, y su marido gusta de verla vestida con caliente lencería masturbándose, pues le excita mucho y le deja con la polla dura. Frente a un espejo ella se toca bien caliente, frotándose el coño por sobre la ropa interior, ante la vista de su marido que la observa jugar. Ella quiere sentir su rabo y va hasta él a cuatro patas, para que la amarre y la deje a su merced. El hombre le saca el sostén y le come las tetas, dándole unos cuantos azotes antes de que finalmente le permita comerle el rabo y los huevos, tras lo cual se la folla a lo bestia.