Cuando la enfermera que cuida a un paciente lo ve teniendo una erección, no puede creer lo gigantesco que se ha puesto su rabo. Es una polla gigantesca que parece medir medio metro, y ella lo despierta para preguntarle si se encuentra bien. El negro quiere darle rabo así que ella, un tanto temerosa descubre el rabo que es tan largo como su antebrazo mismo. La chupa, se la mete entre las tetas, pero finalmente va a su coño sobre la mesa donde la embiste a lo bestia, dándole en todas las posturas que ella pide. El negro está encantado al igual que ella, que parece no haber disfrutado antes hasta conocer semejante rabo.
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