Su chico llega a la casa y la encuentra a ella muy aburrida en la sala jugando con su teléfono móvil. Le trae unos zapatos nuevos, pero tiene que ganarse los zapatos si es que realmente los quiere. ¿Cómo se los gana? Fácil, follando. El chico se saca la polla que ya esta dura por la expectativa, y ella comienza a comerle y frotarle el rabo con ganas, mirándolo a los ojos. Se van a la cama donde pueden estar más cómodos y el chico se recuesta, dejando que ella se le suba encima para montarle la polla. Luego prueban el misionero y el perrito, donde él se corre y le llena todo el coño de leche.
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