Billar y sexo duro con una gordita


Un chico juega al billar con una de sus amiguitas, una gordita que tiene un cuerpo bastante de su agrado, así como unas tetas enormes. La apuesta que tienen es que si él gana, puede hacer lo que quiera con la gordita, aunque si pierde va a tener que dejarle todo el dinero que tiene encima. Resulta que el chico es bastante bueno, aunque la gordita ni lo deja terminar la partida ya que se le antoja bastante probarle la verga, haciéndole una mamada ahí misma. La mesa es la cama para un polvo frenético, donde la gorda deja saleta toda su calentura transformándose en una gata salvaje.