Ella va a comprar hierba con su camello, pero los precios están por las nubes, y ve que el tipo tiene buen interés en su enorme culo. Entonces ella piensa que no estaría nada mal pagar la hierba con su culito, y de paso, divertirse un poco. Cuando el camello saca una tranca de dimensiones descomunales, hasta la idea de pagarle por montar esa cosa se le cruza por la cabeza, y no le va a decir que no a semejante oportunidad. Se come el garrote con lujuria, preparando el coño para montarlo, que chorrea dentro de sus pantalones cortos. Hace falta bastante lubricante, pero la descomunal polla entra hasta el fondo.
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