Una mujer asiática le enseña a su hijastra como se debe comer el rabo, y mientras le hace una demostración, la jovencita observa muy de cerca, con bastante detenimiento, sonriendo, con ganas también de probar ella. Pero la madrastra no parece querer soltar ese hueso, así que la jovencita se tiene que conseguir por ella misma su propio amante para practicar todo lo que le han enseñado. Se cita con el chico esa noche, que en su habitación la desnuda y la recuesta en la cama para comerle el coño, sin dejar de momento que pueda probar las técnicas de mamadas que le han enseñado.
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