Un lugar donde pueden surgir encuentros espontáneos con los vecinos es en el cuarto de lavado del edificio, pues allí no se sabe con quién uno va a cruzarse. Resulta que la vecina del 5C se encuentra con un vecino nuevo, con el cual entabla una charla interesante mientras la ropa se lava. La charla lleva de una cosa a la otra, y cuando queremos acordar ella se encuentra de rodillas en el suelo y él con los pantalones bajos, recibiendo una suave mamada. La cosa no se detiene allí pues tienen bastante tiempo hasta que la ropa esté lista, así que toman asiento en una silla que usan para poder follar con más comodidad.
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