Dos negros enormes entran a una casa para robar, y la única que hay allí es una jovencita morocha a la cual amarran a una silla. Mientras uno revisa la casa el otro se le queda haciendo preguntas, más interesado en la chica que en lo que puedan llegar a robarle. La chica no quiere que le hagan daño, y está bastante caliente con la situación, especialmente con sus captores que tienen unos buenos cuerpos. La chica les hace entender lo que quiere así que el hombre comienza a manosearle el coño, y a los pocos momentos ella tiene a los dos negros follándola en la cama en lugar de robarle, uno dándole por el coño y el otro por el culo.
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