Viejo disfruta de una colegiala


Los viejos también están necesitados de sexo, algunos más que otros, y cuando tienen dinero, pagan bastante bien por tener a una jovencita. Ella lo sabe, y se produce bien para su sugar daddy, que le va a dar unos buenos billetes por sus servicios. El hombre la mira tocarse, meterse la mano dentro de las bragas para acariciarse la rajita, mientras sonríe encantada. Entonces acude a ella, y la abraza todo romántico, acariciándole las nalgas. La chica va con todo y lo toma de la polla, que no demora nada en llevarse a la boca. Sus bragas desaparecen, y tanto en el sofá como en el suelo se dan con todo.