El mejor de los vecinos se ha mudado al vecindario, y no lo decimos porque organiza unas orgias increíbles en su casa, sino porque sabe cómo agasajar a los vecinos invitándolos a sus fiestas. Vemos como uno de ellos se divierte en el jacuzzi, comiéndole el coño a lo bestia a una morocha. Mas invitados comienzan a llegar y a unirse a la fiesta, y pronto el jacuzzi está lleno de calientes puitas que quieren comerse una buena verga, o un coñito, ya que para esas alturas les va bien cualquier cosa. Los chicos les dan caña, y les meten rabo a todas y a cada una.
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