Una mamada en la playa


Una tragona está disfrutando de su día en la playa, pero no bañándose ni timando sol, sino comiéndose una buena verga. Tirada bajo su amante, le lame los huevos y se traga todo el rabo, con una lujuria tremenda, desesperada por que se la metan de una vez. A ella le gusta más chuparla que otra cosa, y puede que la arena dificulte un poco que se la follen, así que se queda con la idea de querer su leche a toda costa, y planea arrancarla a fuerza de labios, lengua, en una mamada que parece que a su marido está por arrancarle la polla.