Una mañana golpean a la puerta de la enorme casa de un hombre, resultando ser una ardiente morocha que al parecer tuvo un inconveniente con el coche, y no tiene nada de batería. Lo que quiere es que la deje hacer una llamada, y el hombre acepta en dejarla entrar a la casa. Las cosas se ponen calientes entre los dos, y se meten en la habitación donde él se pone a chuparle el coño, volviéndola loca. La chica no solo le come bien el nabo, sino que se deja hacer todo lo que a él le da la gana, quien se la folla duro y sin retenerse.
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