Colegiala asiática duerme una siesta en el sofá de la sala, cuando un hombre enmascarado con la polla al aire la despierta, y la obliga a comerle el rabo. Ella cree que es su novio así que le sigue el juego, devorándole el rabo con lujuria en una mamada bastante profunda. Cuando está cansada de chuparla ella se recuesta en el sofá levantándose la falda, dejando sus deliciosas nalgas expuestas para que se las penetren, y el hombre se las llena con su polla a un buen ritmo, haciendo gemir a la jovencita a la vez que le da unas cuantas nalgadas. Prueban otras tantas posturas e incluso se la folla por el culo, corriéndosele en la cara y en la boca.
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