Un apasionado romance en la playa


Jugando en una playa solitaria, esta pareja se pone súper caliente. El tira a su chica en la arena y comienza a hacerle cosquillas, cosquillas que se transforman en besos apasionados. Ella se saca la ropa de pronto y baja a atacarle la polla, metiéndosela en la boca con lujuria. Se comen las entrepiernas sin que les importe nada que estén llenas de arena y en la postura del misionero, el chico penetra a su novia con fuerza. Se acomodan en una de las reposeras de la casa y continúan el polvo, con ella encima rebotando sobre su polla. La postura de perrito es la que eligen para finalizar, corriéndose él dentro del coño de ella.