Esta putita caliente vende frutas en un carro con un caballo, y a la legua se ve que es demasiado sexy para trabajar de esto. Cuando se le ofrece dinero por un polvo ella acepta al instante, una forma de ganar dinero fácil sin tener que estar todo el día vendiendo. De vuelta en el departamento le sacamos toda la ropa, manoseándole esas enormes y bellas tetas. Ella se sienta en la mesa de la sala y nos come toda la verga, entregándonos ese coño que vamos a penetrar duro sobre el sofá, y luego salpicarle toda la cara con nuestro semen.
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