Después de la sesión de ejercicios para poner en forma sus músculos toca el momento de relajarse, despelotándose sobre el banco de pesas para acariciarse calentándose como nunca… La guarra se relame los dedos que se hunde en el coño probando así el propio sabor de sus flujos, machacándose sin piedad hasta que vibra de placer dándose duro.
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