El negro se acerca reptando hacia su presa y se coloca en la postura perfecta para empezar a devorarse con un caliente 69, dando un buen repaso a sus rabos y a sus culos lamiéndose hasta mojárselo todo. El pasivo se abre ligeramente de piernas dando la bienvenida al enorme rabo de su compañero, que se clava sin problemas por su apretado ano cada vez a más velocidad…
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