Prefiere dejar la partida


Con esa deliciosa perra a su disposición, prefiere dejar a la más mínima provocación la partida de billar y darle la dosis de pollazos que reclama, empezando a besarse con pasión, siguiendo ella arrodillándose para hacerle una mamada que le deja sin aliento. Pasando al sofá, se la folla con una lenta cabalgada de ensueño mientras gime sin parar, haciendo que se apoye en el billar para darle los últimos pollazos antes de la corrida, dejando bien salpicada su cara…