La guarra de mi hermanastra es una furra, y se pone cachonda cuando me visto de oso panda. Suelo hacerlo cuando estamos solos en casa, donde ella se viste con ropas provocativas, y nos solemos perseguir por toda la casa, siempre acabando a puro sexo duro. Voy por esas nalgas en la cocina, y me la llevo hasta la cama que tenemos junto, donde le chupe el coño incluso con el disfraz puesto. De verdad que se calienta con su fetiche con los furros, así que para que me deje follarla, al menos tengo que mantener el disfraz puesto, lo que me garantiza un polvo increíble.
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