Maduro cae en los encantos de su hijastra


Padrastro no se aguanta las ganas de follar a su hijastra, que está más buena que el pan. A la chica también le calienta el maduro, que no está nada mal. Una mañana quedan a solas en la casa, y ese el día que el hombre aprovecha para seducirla. La chica le sonríe y le corresponde en la misma habitación que él comparte con su madre. Se pone de rodillas para comerle el rabo, mientras el maduro se quita toda la ropa. Ella lo monta sobre la cama, y él la penetra a toda velocidad arremetiendo como si se tratase de una taladradora, a puro sexo duro machacándole el coño.