A la perra se le hace la boca agua pensando en todo lo que puede hacer con ese consolador y empieza chupándolo con deseo imaginando que es una polla de verdad, cogiendo fuerzas acariciándose antes de pasar a la acción. Después de clavarse los dedos se da candela sentándose encima del juguete, dejándose caer hasta abajo para machacarse a su gusto hasta chorrear de placer.
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