Una de las nuevas trabajadoras escucha un ruido en el segundo piso del SPA, y al subir a ver se encuentra con uno de los clientes, un negro dormido al que se le ha salido la polla de los pantalones, que tiene dura en ese momento. A la chica se le salen los ojos pues no ha visto nada tan grande en su vida, y se vuelve loca con ese pedazo de rabo. El negro comparte su nabo con ella dejando que le haga una mamada y tras esto, le quita la ropa para ponerla en cuatro patas sobre el sofá, y meterle toda esa tranca por el coño. La tetona gime, corriéndose en una de sus experiencias más cachondas.
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