La pequeña diosa quiere pene


El tío está concentrado atendiendo la llamada telefónica pero la perra llama su atención despelotándose delante de él, gateando hacia él en busca de su polla con la que juega entre las manos antes de llevársela a la boca… Al cabrón no le queda más remedio que olvidarse del teléfono para poder comerle el coño a fondo, lubricándolo para que la perra soporte las duras embestidas que la rompen de placer y la premian con una abundante corrida por la cara.