La madura acaba con la cara llena de semen


La madura está leyendo pero cuando el cabrón le pide su atención la guarra lo deja todo para ocuparse de él, lamiéndole la polla de la punta sin olvidarse de repasarle las pelotas. Con el rabo duro, el pervertido le da permiso para cabalgar encima de él hasta la saciedad exprimiéndole para que suelte toda la corrida sobre su cara de furcia.