Ise Mah nos regala una mamada


Tendida sobre su amante, Ise Mah se toma su tiempo para comerle la polla, apenas vestida con una tanga. El chico disfruta de la mamada pero no deja las manos quitas, así que con una de ellas masajea el enorme trasero de Ise, que se mantiene imperturbable, comiéndole el rabo. No es fácil sacar la leche de ese rabo de acero, que aguanta como un campeón todo lo que la utita hace durante más de diez minutos. Sin embargo, pese a que resiste, es incapaz de evitar correrse, e Ise logra probar toda la leche, cuando finalmente la polla le estalla garganta adentro.