Dos colegas suelen intercambiar a sus esposas cuando se reúnen para follar, y a su vez graban las experiencias para poder disfrutarlas cuando les da la gana. Antes de almorzar se van las dos parejas a la misma habitación, y las putitas se tienden a cuatro patas sobre la cama, con sus amantes detrás de ellas dándoles a cuatro patas. Por miedo a que se las reconozca ellas se ocultan las caras con unas máscaras, pero a los chicos eso les vale bien poco solo les interesa la experiencia de follarse a otra junto a su propia mujer, probando cuanta postura se le viene a la mente en un sexo cada vez más salvaje y duro.
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