El nuevo vecino ha excitado a este chico, quien no puede dejar de verlo por la ventana. Cuando se entera de que el chico también es gay, lo invita a su casa y lo seduce en el sofá, hasta que al chico se le para bien la polla. Allí los dos intercambian mamadas, cada uno tomándose su tiempo para dejar súper excitado al otro. Los dos son tanto activos como pasivos así que, como hicieron con las mamadas, también toman turnos para penetrarse el culo, recostándose en el sofá o poniéndose de perrito para que quede más cómodo el caliente juego.
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