Empresaria japonesa trata con desprecio a sus empleados, a los cuales le gusta rotar para que sean sus esclavos sexuales. Por eso cuando termina el turno todos los días deja que uno se quede para hacer su juguete, y aquí podemos ver como disfruta y ordena a uno de ellos. Fumando un cigarrillo la mujer se recuesta y abre de piernas sobre un sofá, ordenando al hombre que le coma la raja. Luego se quita la bata y le pide que la masturbe mientras le come las tetas, dejándola más que caliente para el siguiente paso. Con su pequeño rabo ya duro ella lo cabalga, moviéndose con el control de las caderas, gimiendo hasta que le llenan el coño de leche.
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