Este entrenador personal no puede estar más contento con su nueva clienta. Una chica tan zorra que las clases de entrenamiento se transforman rápidamente en un polvo. Esta vez la chica no solo no lleva ropa interior por debajo de sus pantalones de yoga, sino que cuando llega a la casa la encuentra masturbándose sobre la pelota de entrenamiento. La ayuda a estirar un poco en el suelo, abriéndole de piernas entre risas de la chica, que quiere ya probar su rabo. El chico no la deja con ganas, pues tanto juego se la pone dura y ella, al sentir el bulto, se lo lleva directamente a la boca.
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