Una chica bien bajita, prácticamente una enana, viene para el casting de la tarde, y valla que tiene diferencia de altura con el chico que le va a dar rabo, pues es de casi el doble de tamaño. Esa tarde ella lo encuentra durmiendo con el nabo duro, haciéndosele agua a la boca. Le quita los calzoncillos y se lo mete todo en la boca, degustando esa polla monstruosa. La chica es tan pequeñita que no pesa nada, una facilidad tremenda para el chico que la maniobra solo con sus brazos, y la pone sobre la cama con facilidad para darle duro por detrás.
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