Una rubia madura encuentra a su amante tratando de preparar algo en la cocina, y tan solo con verlo se le despierta la calentura. Dejan a un lado la cocina para ponerse a jugar, así que ella se le abalanza y lo besa mientras descube sus enormes tetas para él. El chico las mordisquea mientras le estruja las nalgas y poco a poco va sacándose la ropa. Con su polla ya dura ella le hace una buena mamada que el agradece con una comida de coño y una masturbada duro. No tardan en comenzar a follar tras retirarse a la habitación donde él la embiste duro mientras le mete dos dedos en el culo, para continuar luego metiéndole allí la polla. Cuando ya no da más él se corre tras una paja final que ella le hace con las tetas, llenándole la cara de leche.
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