La gimnasia es la excusa perfecta para poder tocar sin pudor todo el cuerpo de la rubia, que le pide un masaje para relajar sus músculos después de un duro ejercicio aprovechando para sobarle el culo metiéndole disimuladamente los dedos en los agujeros… La guarra acaba de rodillas recogiendo vitaminas de la polla lamiendo como loca, acabando a cuatro patas y abierta de piernas sin poder escapar del disparo de corrida.
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