Compartiendo a mi sumisa esposa

Ni si quiera deja que su esposa despierte del todo, ya la tiene manoseándole la polla, porque así es como actúa un marido empoderado, siempre obligando a su mujer a hacer lo que quiere. Cuando ella abre la boca para quejarse, la calla metiéndole la verga, bien hasta el fondo. Pero no solo va a follar por la mañana, ya que su marido también le tiene una tarde de lo mas ajetreada, teniendo que atender a uno de sus amigos en la cocina. Este le come el coño sobre la mesa y la folla a gusto, y bueno, tampoco va a ser el ultimo polvo. Lo siguiente es un trio con los dos, de vuelta en la habitación.