Cuando se tiene hambre, nada como saciarlo con un rico coñito, en especial si es el de una putita de 18 años de edad. Este chico está en el paraíso, comiendo a lametones esa deliciosa raja que tiene servida en la cama, lamiéndola como si fuese un perro que disfrutase de un delicioso néctar. La chica está encantada, y gime mientras le comen todo el choco y se le centran en el clítoris, viendo como su amante hace magia con la lengua a la vez que le acaricia el culito con un dedo y la penetra con este mismo, apenas la previa antes de entregarse a un polvo frenético.
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