Una pareja de compañeros de trabajo acaba de cerrar la tienda para su descanso, pero han decidido que en lugar de comer, van a ponerse a follar pues han estado con ganas toda la mañana y ya no veían el momento de que llegase la hora. Se van hasta el fondo del local donde nadie pueda verlos desde la calle, e instalan una cámara para grabarse mientras lo hacen. Se sacan toda la ropa y ella le come el rabo al chico, quien la sienta en el escritorio para metérsela con más comodidad, y luego terminan de hacerlo sobre una silla.
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