Un regalo por una mamada


Jovencito visita a una de sus posibles amantes, una chica que es bastante interesada y que se suele poner caliente cuando le hacen algún regalo. Como sabe esto le lleva unos zapatos que sabe que le van a gustar, y se prepara para recibir su recompensa una vez la putita está satisfecha con lo que le han traído. Ella se pone a masajearle la entrepierna sintiendo como la polla se pone dura entre sus manos, por lo que se la lleva rápido a la boca y se pone a hacerle una mamada a la vez que la frota y acaricia de arriba abajo.